EL ESPECTÁCULO POLÍTICO MEDIÁTICO DE LA SEGURIDAD

La portada del libro de Norberto Ricardo Tavosnanska me ofrece la posibilidad de ilustrar la gran decepción a la que estamos asistiendo, en y sobretodo, lo que tiene que ver con la seguridad como espectáculo a la que nos estan sometiendo medios de comunicación y políticos de ámbito local en general.

Ya en muchas otras ocasiones he manifestado en el blog mi gran preocupación sobre la seguridad local, municipal. Pero lo que estamos viviendo en Catalunya, con la situación en Barcelona, a la que se suman ayuntamientos de otras dimensiones gobernados por distintas sensibilidades políticas, es más de espectáculo grotesco que otra cosa.

Recomiendo que hagan un repaso a la legislación básica a todos y todas aquellos/as que recientemente han tomado la responsabilidad política en los ayuntamientos que les confiere el mero hecho de ir en unas listas electorales ganadoras o resultantes de un pacto ganador y asumido ámbitos de acción política sin saber, y sin como mínimo haber trabajado profesionalmente en los mismos. Mi más sincero respeto a entidades como la Asociación Catalana de Municipios que se esfuerzan en editar manuales para los nuevos/as concejales/as, pero por lo que se oye, lee y ve en los medios de comunicación los esfuerzos son estériles, salvo honrosas excepciones que siempre pueden haber.

Es bochornoso oir hablar a políticos y periodistas en general de la situación de seguridad pública local en la que nos encontramos debido a muchos factores como bien apuntan expertos del mundo académico y profesional a los que parece nadie quiere o le interesa escuchar. El Colegio de Criminólogos de Catalunya, las Universidades, las Asociaciones Profesionales de Mandos Policiales, y los expertos de algunas asociaciones sindicales, entre otras voces.

Ante tanto espectáculo grotesco lo que se espera desde los profesionales de la seguridad pública local es o puedo imaginar que es, una reacción necesaria de las máximas autoridades en seguridad pública a las que se les confiere la competencia exclusiva según el orden constitucional.

De momento, parece no haberla, aunque ya se ha podido ver en algún gesto con la aparición del Cuerpo Nacional de Policía participando en dispositivos.

Es cierto que tenemos una legislación sobre la que se basa todo el sistema policial en España, en Catalunya, que viene del 1986, 1991, 1994 y la más reciente de 2003 y algún articulado del Estatut de 2006.

Es cierto que tenemos unas leyes de seguridad ciudadana, penales y de enjuiciamiento que podían mejorar en cuanto a hacerlas más duras y ágiles ante determinadas tipologías de infracciones y delitos.

Pero también es cierto que el sistema penitenciario y de reinserción tiene límites, no sólo presupuestarios.

También es cierto que las políticas públicas de otros ámbitos de acción política no tienen todos los recursos necesarios para llevar acabo sus propósitos y que luego, al no cumplirse, pueden acabar afectando a la seguridad pública local de una u otra forma.

Por otra parte, los medios de comunicación y los políticos/as no dejan de azuzar sus polémicas sobre la seguridad pública local, unos con fines mediáticos de audiencias y publicidad y otros como materia de desgaste del adversario político.

Ante todo este embrollo, del cual alguna cuestión puedo haber dejado en el tintero, alguien debería poner orden y empezar a pensar en cómo salir de esta situación que ya he etiquetado en catalán anteriormente en algún apunte de este blog como "Desgavell" (desbarajuste).

Gracias a los profesionales de la seguridad pública y de la justicia y servicios penitenciarios vamos saliendo al paso de las situaciones complejas que se van presentando día a día a resolver, pero todo tiene un límite y quizas hemos llegado al mismo.

Todo está por hacer y todo es posible.

Acta est fabula.